Friday, September 28, 2007

BITÁCORA DEL NAUFRAGIO (1er día)



15 de Noviembre 1857


Desembarcó a primeras horas de las mañana, con el cabello escurriendo y los ojos puestos en el flujo de huellas que dejaban sus pies. Sin hacer ruido, procurando no delatar nuestra presencia, lo vimos arrodillarse, hundir los dedos en la arena como un dios viejo que busca magros esqueletos, rastros de bestias marinas, indelebles gestos de viajeros anteriores que sólo tenían para él desvaríos, vergüenza, alguna súplica. Lo seguimos en silencio, lo vimos hundir las botas en la arena, llevar los dedos a los labios como si estuvieran aturdidos por tanta sal y necesitaran del tacto para despertarlos, para formase una idea, una imagen más precisa del mundo al que llegaba. Alguien mencionó la traición de los vientos, la violencia del sol, la desgracia que lo había llevado a aquel punto de la isla; sin embargo, no había culpa entre nosotros, sólo una secreta alegría, la satisfacción de contemplar su figura abandonada en la costa, con los brazos extendidos, como si ya adivinara nuestra existencia y deseara abrazarnos. El hombre se detuvo, sacó de una pequeña alforja el catalejo y comenzó a examinar la soledad de la playa. Contempló el baile roto de las palmeras, arbustos gigantes que ahogaban la luz de la costa, frutos extraños, tal vez venenosos, corrompiéndose en la arena. Al dar media vuelta descubrió –con un asombro fugaz- al barco descomponiendo su estructura, gangrenado a medias por la marea, yendo a pique con la resignación de un hombre acabado, vuelto de espaldas, reflexionando en silencio su muerte.

Alejandro Badillo

El lenguaje de la inmortalidad

El lenguaje de la inmortalidad es un acucioso estudio de Eulalio Ferrer sobre la muerte. Abarca aspectos rituales, arquitectónicos y sociales. En la parte final hay un compendio de epitafios y últimas palabras dichas por personajes célebres. Hay una curiosa esquela dedicada por farmacias similares (cuando empezaban) a la narco-muerte de Paco Stanley, personaje cuyo programa -debo confesar- veía en las mañanas. Éste epitafio anónim encontrado en el panteón de Naucalpan muestra con breves y sentidas palabras el espíritu del mexicano.

"Ijo, no te ha ido.
Vibes en nuestros corazonez
Y tus doce ijos conmigo."
(alguien sobreescribió en la tumba ¡ah, jijos!)

Monday, September 24, 2007

Sobre Toledo

...Son mitos, Tamayo ahora anda a la baja, pero de repente lo revivirán, Cuevas está intentando revivir, pero no lo logra, Toledo se ha hecho un mito del artista indígena que permanece en su tierra y que es fiel a la idiosincrasia, a las raíces, a la esencia… un mito. Es un pintor estancado, hace 20 años que hace lo mismo, no se ha renovado, no hay ninguna inquietud, sus animalitos nos aburren a todos.
Todo mundo dice: "el genio (Francisco) Toledo, el pintor indígena". Es un pintor multimillonario que vende a precios escandalosamente altos, pero va descalzo y vestido de indígena. Eso da muchos réditos. Me parece un pintor que tuvo mucho talento natural y excepcional, pero creo que sólo los coleccionistas hablan de Toledo, no a la gente que está en el medio artístico...

Entrevista a Jorge Juanes

Saturday, September 08, 2007

Poema entre la gripe

En los brazos de la gripa, dando forma a mi cuento, me ha salido sin querer este poema. Tal vez lo anexe:

Cardúmenes de luz.
luz aferrada al horizonte concentrada en una tarde infinita.
pan ácimo entre tus manos
que te obliga a buscar
huecos, cesuras, poemas
escribo un barco
que trata de llegar
a las aguas de tu nombre
y que arriba
siempre
por equivocación
a Valparaíso
Lisboa
Amberes

Thursday, September 06, 2007

La inspiración de un cuento y la muerte de Picasso

Ahora que me he visto forzado a escribir en condiciones heróicas, a marchas forzadas, he pasado de la escritura minuciosa al ímpetu y a la avalancha de palabras. El fragmento de un libro pequeño, un tanto inquietante, me ha dado la pista para empezar un nuevo cuento. El libro se llama "La muerte de Picasso" del escritor Guy Davenport. Transcribo la parte insipiradora:

"Sander comienza un cuaderno sobre la historia natural de nuestra isla , trepa a los árboles para incluir en su mapa a las islas vecinas, haciendo piruetas como un acóbata. No me atrevo a adivinar cuán fácilmente ha empezado a olvidar"

Este fragmento, que a primera vista, tal vez mirado por otros ojos, parecería insulso, me dio el atisbo de un naufragio, quizás de unas memorias ordenadas como una bitácora que registre el desamparo y la soledad de una isla. Por la escasez de tiempo me veo obligado a anotar fragmentos, pequeños destellos del naufragio en hojas de papel. Veré que suerte corre la historia. Seguiré informando.