EL SOÑADOR SNOOPY
"Contrapunto continuo a la congoja de los humanos, el perro Snoopy conduce a la última frontera metafísica de la neurosis de adaptación fracasada. Snoopy sabe que es un perro; ayer era perro; hoy es perro; mañana será quizás todavía un perro; para él, en la dialéctica optimista de la sociedad opulenta que consiente ascensos de status en status, no existe esperanza de promoción. A veces intenta el extremo recurso de la humildad ("nosotros, los perros, somos tan humildes...", suspira un tanto consolado), se une tiernamente a quien le promete estima y consideración. Habitualmente, no obstante, no se acepta e intenta ser lo que no es; personalidad disociada, si las hubo, le agradaría ser un caimán, un canguro, un pingüino, una serpiente... Intenta todos los caminos de la mixtificación, luego vuelve a la realidad, por pereza, por hambre, por sueño, por timidez, por claustrofobia (que le asalta cuando rastrea entre las hierbas altas), por dejadez. Estará sosegado, nunca feliz. Vive en un apartheid continuo, y del segregado tiene la psicología, de los negros a lo tío Tom tiene la devoción, faute de mieux, el ancestral respeto por el más fuerte."
Apocalípticos e Integrados Umberto Eco
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