Tuesday, July 11, 2006

DIARIO DE MIHAIL SEBASTIAN


Por Gheorghe Glodeanu

El destino adverso quiso que el libro más profundo y estremecedor del escritor Mihail Sebastian (1907-1945), su diario, viese la luz de la imprenta con mucho retraso, varios decenios después de la desaparición, en circunstancias misteriosas, de su autor. El libro apareció en 1996, publicado por la editorial Humanitas, de Bucarest, lo cual constituyó un auténtico acontecimiento literario. Documentos auténticos de un destino y una época de encrucijada en la historia de Rumania, los nueve cuadernos que durante cincuenta años habían permanecido en forma de manuscrito reconstruyen un periodo extremadamente angustioso de la vida del escritor. Se trata del intervalo comprendido entre el 12 de febrero de 1935 y el 31 de diciembre de 1944, lapso de tiempo vivido con la máxima intensidad por un hombre de cultura excepcional sobre el que se abatió "el terror de la historia".

El escritor se convierte en testigo de excepción de una época maldita que registra la rinocerización cada vez más acusada de la sociedad rumana entre las dos guerras mundiales. Sebastian anota la locura antisemita institucionalizada de la época y tiene como mérito la reconstrucción de la verdad. Las notas demuestran que la realidad resulta ser mucho más dramática que la imaginación y, a menudo, rebasa todos los límites. De ahí la tentativa de definir la literatura en su relación con la historia, pues el arte demuestra ser un narcótico demasiado débil para todo lo que sucede en el plano social.
Mihail Sebastian realiza un fresco auténtico y minucioso de la época. Reproduce muy bien la psicosis de la guerra, pues sus anotaciones son las de una víctima potencial cuyo estado de ánimo oscila entre la esperanza y la desesperación. La angustia cotidiana sólo puede superarla acudiendo a la lectura que, de esta forma, cobra una importante función soteriológica. El escritor nos ofrece un fresco del Bucarest asolado por la guerra y deja constancia de las discriminaciones a las que estaban sometidos los judíos, cuya sola culpa era la de pertenecer a esa etnia: eran expulsados de su trabajo, se les asignaba un racionamiento alimentario la mitad que a los otros, se les forzaba a hacer donaciones para el frente, trabajos obligatorios, campos de trabajo, deportaciones, pogromos, etcétera. Pero lo más terrible era vivir bajo permanente amenaza, resistir a la inseguridad y a la angustia de que en cualquier momento podía uno morir o ser deportado.

Si las observaciones de la segunda parte del diario se destinan principalmente a la guerra y a la condición del judío en un mundo desnorteado, en la primera nos encontramos con un diario erótico extremadamente interesante para perfilar la personalidad del escritor. Mihail Sebastian se destapa como personaje de una novela de Anton Holban, que anota con descorazonadora sinceridad sus experiencias eróticas, muy especialmente su amor por la actriz Leni Caler. Infiel y buscando siempre sus propios intereses, esta mujer no representa la encarnación del ideal femenino. De ahí las crisis de Sebastian que, no obstante, se consuela rápidamente en los brazos de otras mujeres. Sus consideraciones sobre la música son muy notables pues proceden de un auténtico melómano. Además, la música representará otra posibilidad de evadirse de "el terror de la historia". Pero el libro representa también un importante diario de lecturas. El lector Mihail Sebastian es igualmente un crítico de talento que anota sin tapujos sus opiniones sobre los libros que lee.

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