Friday, May 09, 2008

Opinión de David Huerta sobre Crítica


Festejo de una revista
En octubre de 2008 se cumplirán 30 años de la revista Crítica. Esta publicación periódica ha circulado todas estas décadas con el sello de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). El equipo que la hace, con Armando Pinto y Julio Eutiquio Sarabia a la cabeza, merece el reconocimiento de la comunidad cultural mexicana y en particular de los universitarios poblanos; desde luego, sus lectores fieles, dentro y fuera de Puebla, pertenecientes o no a los ámbitos universitarios, hemos seguido su largo camino con gratitud, con curiosidad y con un interés creciente.
Una revista es una especie de termómetro de la vida literaria. Es también una ventana para asomarse continuamente a lo que sucede más allá de sus páginas, visto a través de éstas, lo cual resulta casi surrealista: una ventana que fuese al mismo tiempo un termómetro. A través de sus claridades mercuriales, de sus páginas, el lector de una revista toma la temperatura ambiente, experimenta de primera mano la calidad y la densidad de las ideas circulantes, valora los textos y disfruta periódicamente del “vicio impune” de la lectura desinteresada. Crítica ha hecho todo eso, y un poco más, siempre un poco más: su interés en las literaturas del mundo permite descubrir en ella a autores de los que no se habla en otras revistas de México.
Hace poco pude adquirir, casi de milagro, unos cuantos ejemplares de la legendaria Horizon, dirigida por Cyrill Connolly en el atormentado Londres de la guerra y de la posguerra. Sin exageración alguna, puedo afirmar que la poblana Crítica es una publicación de esa estirpe; por suerte, sin guerra de por medio. Algún día nos daremos cuenta con claridad de todo lo que esta revista ha hecho y ha significado entre nosotros; pero acaso la tenemos demasiado cerca: como decía José Lezama Lima, es un puente que de tan grande no se le ve. Otra imagen justa: la revista como un puente, en trance de comunicarnos sobre los accidentes innumerables del río de los fenómenos.
Hace cinco años estuve en Puebla para celebrar los 25 años de Crítica. El diálogo con estos compañeros siempre ha sido fecundo, incluidos los desacuerdos, algunas veces intensos, con lo que quiero decir que la revista, y quienes la hacen, honran el nombre que lleva su publicación. La crítica debe ser la energía principal de la vida intelectual en una comunidad como la mexicana en general o la poblana en particular; sin crítica, el ambiente se entenebrece y se vuelve estéril.
Como toda revista viva, Crítica no produce acuerdos unánimes: nunca los ha buscado. Me consta, sin embargo, que es una publicación donde nunca he percibido mala fe. Su apuesta es otra: seriedad intelectual, calidad literaria, vocación de diálogo.
Desde aquí saludo a Armando Pinto y a Julio Eutiquio Sarabia, a los colaboradores y, sobre todo, a los lectores de Crítica, revista mexicana de la más alta calidad.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home