Sunday, September 14, 2008

Cuerpo Presente







Cuerpo presente

Sergio Pitol

Editorial Era

1era edición, 1990


Sergio Pitol (1933) además de escribir novela y ensayo, ha cultivado a lo largo de su labor como creador, el cuento. "Cuerpo presente" es una suerte de recopilación de los libros: "Infierno de todos" (Ed. Universidad Veracruzana, 1964), "Los climas" (Ed. Joaquín Mortiz, 1966), "No hay tal lugar" (Ed. Era, 1967), "Del encuentro nupcial" (Ed. Tusquets, 1970). Así, el libro es un recorrido por los inicios del autor y donde se adivinan elementos que ayudan a comprender su obra narrativa: la remembranza de Veracruz, una infancia marcada por la enfermedad, la vida errante que llevó Pitol como agregado cultural

en ciudades como Pekín y Varsovia. La primera parte del libro incluye cuentos como "Victorio Ferri cuenta un cuento" o "La casa del abuelo", textos que tratan de reconstruir una historia familiar, una historia plagada de desencuentros, de odios que separan y que sobreviven al tiempo. En estos cuentos se nota un tono melancólico, un tanto ingenuo, del joven que abandona su lugar de origen para ir al extranjero y que rememora historias, familias de estirpes corrompidas. Al avanzar en la lectura de los cuentos, sobre todo a partir de "Hacia Varsovia" vemos a Pitol más cercano a su segunda etapa narrativa, donde sus personajes deambulan, alucinados, en el extranjero, se involucran en conjuras, ceremonias secretas. Es en este segundo tramo donde aparece el Pitol más maduro, el que busca la atmósfera en la extrañeza de los escenarios, el que introduce monólogos o cortes de tiempo. El elemento fantástico aparece de forma sutil, una especie de locura que invade a los personajes y que les hace dudar de la realidad. En el cuento "La pareja", asistimos, de forma fragmentaria, a un asesinato. Los detalles se revelan a cuentagotas, como los restos de un sueño, dispersos, que tienen como ancla una fotografía ("la pareja") del pintor francés André Masson. Tal vez el hilo que une los cuentos es la perpetua conjetura en que se sumergen los personajes. La escritura de Pitol es la que goza extendiéndose, bifurcándose, arrancando a la realidad distintos significados, todos ellos intercambiables, movibles. Por eso la sensación de que utiliza demasiadas palabras, porque los personajes de Pitol desconocen su realidad, y sólo pueden justificarse con conjeturas, es decir, con el lenguaje.


Alejandro Badillo

www.ciudadcultura.com

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