¡Buena suerte, señor Gorsky!
El 20 de Julio de 1969, el hombre conquistaba el espacio exterior con su presencia en el único satélite natural que nuestro planeta posee. El encargado principal de la misión, a bordo del Apolo XI, fue el astronauta Neil Armostrong. Ese día, más de 500 millones de personas estaban atentas a sus televisores, siendo testigos y cómplices del arribo de esa nave al cuerpo celeste.
Según cuenta la historia, Armostrong flotaba sobre la superficie lunar al tiempo que decía "Éste es un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad"; luego intercambió algunas apreciaciones con la terminal en Houston acerca de lo que veía. A su regreso al interior de la cápsula, y antes de cruzar la compuerta, dijo: "¡Buena suerte, señor Gorsky!" frase que puso a orbitar a millones de mentes a su alrededor por más de 25 años. Muchos pensaron que se trataba de una burla a algún colega soviético; sin embargo, a su regreso a la tierra y durante varios años, comunicadores de todo el mundo insistieron en preguntarle qué significaban aquellas palabras, pero Armostrong sólo se limitaba a sonreír misteriosamente, hasta que, finalmente, el 5 de Julio de 1995, en una conferencia de prensa en Tampa, Florida, ante la insistencia de un reportero, el astronauta accedió a despejar la incógnita, habido el deceso del personaje en cuestión.
Lo que Neil Armostrong relató fue que, siendo niño -cuando no imaginaba que volaría más allá de la atmósfera terrestre-, jugaba beisbol con sus amigos y una bola fue a dar a la ventana lateral de la casa de sus vecinos, los señores Gorsky. Al acercarse a recoger su pelota, el pequeño escuchó a su vecina, muy molesta, decir:
- ¡¿Sexo oral?! ¿Quieres sexo oral? ¡Lo tendrás el día que el hijo del vecino se pasee por la luna!
1 Comments:
Ji, ji, ji, ji... Sin comentarios :P
Buena anécdota.
Saludos,
Judith.
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