EL PUEBLO QUE QUISO SALIR EN TV
Young es un pueblo chico donde todos miran televisión. Su hospital necesitaba calefacción y no tenía el dinero. Un programa les propuso A sus habitantes arrastrar una locomotora frente a las cámaras para conseguir los billetes. Ellos aceptaron, pero la mayor fiesta en la historia de Young terminó cuando la locomotora mató a ocho personas. Una historia real que nunca saldrá en LA PANTALLA.
Nada en Young recuerda que en esta pequeña ciudad de Uruguay, hace un año, ocurrió una tragedia que por grotesca fue noticia en el mundo. Nada recuerda que ocho personas murieron cuando un programa de televisión “solidario” convocó al pueblo a remolcar una locomotora en apoyo del hospital local. Donde ocurrió la masacre el 17 de marzo de 2006 no hay flores que recuerden a los muertos. La gente pasa por allí como si nunca hubiera sucedido nada. En todo Young no hay ni siquiera un graffiti que mencione la tragedia. Es como si el pueblo hubiera decidido que nunca ocurrió.Young tiene 15 mil habitantes, teléfonos de cuatro cifras y una sola esquina con semáforo. Young -a la que llaman Yung- no es capital departamental, no es sede de ninguna fiesta de renombre y carece de atractivos turísticos. Quizá por eso fue tan impactante que la televisión nacional decidiera hacer un programa allí.La idea fue de Griselda Crevoisier, una administrativa del hospital de 51 años, que cada semana miraba en Canal 10 el programa Desafío al Corazón. En él, distintas instituciones eran conminadas a cumplir con una prueba insólita y recibían como premio el dinero donado por los televidentes, sensibilizados a través de la pantalla.En 2004 el hospital no tenía ambulancia. Crevoisier convenció al director de entonces de participar en Desafío y así poder comprar una. Como ella conocía a uno de los dueños de Canal 10, logró que el hospital fuera anotado en la lista de espera del programa.Hoy Crevoisier no cree haberse equivocado. Casi todo lo que hay en el hospital, explica, fue conseguido gracias a donaciones que han suplido el aporte siempre insuficiente del Estado.Celia González, otra funcionaria, cuenta una historia ocurrida años atrás: un día hubo una emergencia y a la ambulancia le faltaba un neumático. El director del hospital no sabía qué hacer. Entonces, contra los reglamentos, llamaron por teléfono a Radio Young y pidieron por favor una cubierta. En pocos minutos consiguieron cuatro.Así se hicieron siempre las cosas.
LEONARDO HABERKORN en Revista Gatopardo
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