Salvación por el azar
Víctima yo de una angustia que no sabía cómo quitarme de encima, llaman a la puerta. Abro. Era una señora de cierta edad que no esperaba en absoluto. Durante tres horas me martirizó con tales necedades que mi angustia se transformó en cólera. Estaba salvado.
Cioran
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