Sunday, June 15, 2008

EL SUEÑO DEL DICTADOR

El palacio de los sueños

Ismaíl Kadaré

Cátedra, Letras Universales

Edición y traducción de Ramón Sánchez Lizarralde

1era edición,1999.

Albania ha sido desde hace siglos una mezcla de culturas, lenguas, religiones. Cruce entre oriente y occidente, el pequeño país centroeuropeo ha estado inmerso en una historia que, como la de sus vecinos (Macedonia, Serbia, Croacia), está marcada por la invasión, la guerra, los conflictos étnicos. Después de la Segunda Guerra Mundial el partido comunista creado bajo la influencia de los bolcheviques tomó el control del país y con el dictador Enver Hoxha, mantuvo a Albania en un periodo donde el control absoluto de estado parecía extraído de la más pura fantasía Orwelliana. Bajo ese panorama se abre paso la obra de Ismaíl Kadaré (Gjirokaster, Albania, 28 de enero de 1936), escritor que, en una lengua casi desconocida, modificada a lo largo de los siglos por su historia convulsa, sobrevivió a un régimen que podía desaparecerlo en cualquier momento. Ramiz Alia, otro personaje en la cadena de dictadores que sufrió el país, le mandó un mensaje: “El pueblo y el partido te han elevado al Olimpo, pero si no te mantienes fiel a ellos, pueden arrojarte al abismo” El palacio de los sueños (1981) condenada al silencio durante los siete años posteriores a su publicación es un buen ejemplo de la narrativa de Kadaré y reflejo fiel de la historia albana en las últimas décadas. La novela, una alegoría que muestra, entre otras, claras influencias de Kafka, Huxley y Orwell, gira en torno de Mark-Alem, un joven perteneciente a un influyente clan Albanés, que entra a trabajar a el “Tabir Saraj” o el Palacio de los sueños, un gran aparato burocrático cuyo objetivo (el deseo para todo régimen totalitario) es la recopilación y el análisis de los sueños de los súbditos del imperio. Mark-Alem, progresa rápidamente y asciende en el organigrama del Palacio de los Sueños: pronto será una pieza importante en el ajedrez que juega su familia con la cabeza del régimen. Kadaré, sitúa los hechos en el imperio Otomano, aunque las descripciones de los edificios y las plazas son los de Tirana, la capital Albanesa. El lector recorre, con los ojos de Mark-Alem, el entramado de un palacio cuyos pasillos parecen los brazos de un laberinto, donde realiza un viaje iniciático que descorre el velo de oscuros intereses, conjuras que se gestan en la sombra de un poder que quiere adueñarse de todo. En el curso de la novela, Mark-Alem conocerá a los jinetes que parten a las zonas más alejadas del imperio para recopilar los sueños, estará en las inmensas salas en las que cientos de funcionaros trabajan horas extras para leer interminables legajos donde están descritos los sueños. En una escena que recuerda la biblioteca infinita de Borges, Mark-Alem desciende al archivo, ahí el encargado lo conduce por varias bóvedas donde están clasificados miles de sueños, registrados desde la antigüedad: visiones percibidas antes de batallas, en fechas claves para la historia y la identidad del imperio. Así el Tabir Saraj es también el apropiamiento de la memoria, el control del pasado para someter el futuro del pueblo. La vigilancia del mundo onírico de los súbditos es primordial para que el estado prolongue su existencia, por eso cualquier señal, cualquier rastro, por ínfimo que sea, es clave para exterminar el germen de la rebelión o la conjura. En ocasiones especiales se selecciona un sueño entre todos, el “sueño maestro” que es presentado al soberano y cuya interpretación determinará el futuro de las élites; también guiará, como una especie de oráculo, las decisiones importantes del imperio. En “El palacio de los sueños” Ismaíl Kadaré (autor cuya obra ha logrado trascender al punto de ser mencionado varios años al premio Nobel) muestra la pesadilla de un estado totalitario, ávido por controlar conciencias, alegoría de una Albania que aún tiene fresca la persecución, la locura despótica, la exaltación del líder, la lucha de un pequeño país de Europa por su identidad y sobrevivencia.

Alejandro Badillo www.ciudadcultura.com

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