Tuesday, November 04, 2008

La Tumba



La tumba
José Agustín
Random House Mondadori
1era edición, 2007


La década de los sesenta fue origen de varias expresiones culturales etiquetadas posteriormente con el difuso nombre de "Contracultura". Los movimientos estudiantiles como el mayo Francés de 1968, la matanza de Tlatelolco, la guerra de Vietnam, la Revolución Cubana, los adelantos en telecomunicaciones y la experimentación con drogas fueron algunos de los elementos que motivaron nuevas búsquedas en el arte. En este marco la literatura mexicana no quedó ajena y varios jóvenes escritores, agrupados después por los críticos en el movimiento de "La Onda", comenzaron a escribir y publicar sus primeras obras. José Agustín, Parménides García Saldaña y Gustavo Sainz fueron los autores más visibles de una nueva generación que buscaba romper con el canon establecido, alejarse de formas de narrar tradicionales, herederas del canon realista y de la novela de la Revolución Mexicana. Estos autores, además de compartir referencias culturales y políticas, pertenecían a una creciente clase media, consecuencia del llamado "milagro mexicano" caracterizado por altas tasas de crecimiento económico, baja inflación, tipo de cambio controlado, ciudades en continua expansión, todo bajo el amparo de un poder hegemónico representado por un monolítico partido de estado. En ese contexto, en el año de 1964, se publica La tumba, primera novela de José Agustín (Acapulco, 1944). Originalmente un cuento, desarrollado en el taller de Juan José Arreola, La tumba narra la vida desbocada de un joven clasemediero llamado Gabriel Guía. Con un lenguaje coloquial, José Agustín da cuenta de las insatisfacciones de Gabriel Guía, que a falta de un modelo de autoridad se escuda en una rebeldía que, la mayoría de las veces, lo deja frustrado y con sentimientos de culpa. Miembro de una familia pudiente, dueño de un auto, rodeado de amigos que viajan al extranjero, ignorado por sus padres divorciados, el personaje se hunde en un vacío existencial que lo agobia y que parece representado con un "clic, clic" que oye en su cabeza y que lo acompaña hasta el final de la novela. La tumba, a través del personaje central, refleja una generación de jóvenes marcada más que por ideologías políticas o idealismos, por la ruptura generacional, la búsqueda infructuosa de nuevos modelos a seguir, por el cambio del paradigma familiar. Una generación que también supo ser solidaria e influir en los cambios sociales que fueron fundamentales en las décadas por venir, pero que, con el paso del tiempo, fue quedando aislada en su discurso, enfrentada a su vez con nuevos cambios que la condujeron a un callejón sin salida, donde quedó sólo nostalgia, la sentencia que afirma que todo tiempo pasado fue mejor. Por eso algunas de las novelas emblemáticas de "La Onda" no han resistido el paso del tiempo. Empecinadas en demostrar su frescura, en dar cabida a los adelantos tecnológicos de la época, en clichés culturales, fueron presa de las mismas fórmulas que intentaron romper. Por eso, al paso de los años, muchos de los remanentes de "La Onda" quedaron en irreverencias fáciles, en la complacencia de los autores. Quizá La tumba, ha soportado mejor el paso del tiempo por su dosis de ingenuidad, por su atmósfera confesional, casi una sutil llamada de auxilio, un sentimiento de orfandad con el que se siguen identificando los jóvenes lectores.
Alejandro Badillo ------ www.ciudadcultura.com

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