Tuesday, February 07, 2006

LA SANGRE Y LA IMAGINACIÓN


La palabra rojo, colorado, subyace en el origen del concepto color. Altamira y con ella el amanecer del arte en las cuevas de los cazadores primitivos tuvo en la sangre animal su primer pigmento. Luego vino el del hollín y finalmente los tonos de las tierras mezcladas. El contraste entre el rojo y el negro –productos ambos del fuego y la pasión– persistirá con tanta intensidad que lo veremos en Egipto y en México, en los medievales códices miniados y en Stendhal, alternando seducción y depresión, presafios fastos con augurios nefastos. "Existen señales", anota Manlio Brusatín en su libro sobre los colores, "en la extendida tonalidad del rojo (la cresta, la lengua, el sexo) que podemos indicar como "ostentivas" y de "intento". Con tales colores "salientes" la aparición o la muestra produce llamada, atención, maravilla, deseo de contacto o encuentro, inquietud provocativa, exhibición libidinal, tentación e intento." Según la tradición hebrea el nombre de Adán puede ser leído, también, como Adom, rojo. En las lenguas eslavas, rojo significa a la vez que vivo, bello. Sangre e imaginación proceden del mismo linaje cromático.

2 Comments:

Blogger Dama de las Mariposas said...

Dejo una rosa roja
en tu cuaderno,
para que la sangre corra
de mi pecho al tuyo
y te de aliento
cuando lata tu corazon
estare yo ahi.

6:52 PM  
Blogger Alejandro Badillo said...

Buena poesía dama de la mariposa. Ya escriba algo en su blog ¿no? Abrazos ashá.

8:53 AM  

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