Monday, September 29, 2008

CAMBIO DE GUARDIA



Cambio de guardia
Julio Ramón Ribeyro
Tusquets editores
Colección Andanzas
1era edición, 1994

Lector insomne, vagabundo, lector y fumador voraz, Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) está considerado como uno de los máximos exponentes del cuento latinoamericano del siglo pasado. Junto con autores como Alfredo Bryce Echenique, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa fue del grupo de escritores que emigró largos años en Europa, sobre todo a Francia y que, posteriormente, diera fama a la bohemia parisina y al “barrio latino”. Pero al contrario de los demás escritores, que tuvieron acceso a trabajos en la diplomacia y en la docencia, Ribeyro pasó gran parte de sus años europeos trabajando en oficios no tan glamorosos como recolector de periódicos o conserje de edificio. Ribeyro utilizó la experiencia y una notable capacidad de observación para dar forma a su narrativa. Personajes solitarios, inmersos en pequeñas luchas y tragedias, llenan las páginas de una obra que, en su sencillez, dejan entrever una maestría en la técnica, el uso de un lenguaje preciso y a la vez indagador de la condición humana. A pesar de enfocarse en el cuento Ribeyro escribió tres novelas: “Crónica de San Gabriel” (1960), “Los geniecillos dominicales” (1965), y “Cambio de guardia”(1976). Esta última novela, fragmentaria, de capítulos breves y veloces, retrata con distintos personajes (un general a punto de dar un golpe de estado, un vendedor de dulces, los miembros de un periódico izquierdista, un sacerdote corrupto) las miserias de una sociedad que vive constantemente engañada, a merced de una clase política corrupta, cuyas prácticas permean, de una forma u otra, al resto de la población. Con el rigor que da el humor cruel, utilizado con sabiduría y sin concesiones, Ribeyro satiriza los diversos estratos de la sociedad peruana. Hombres y mujeres reunidos por el azar, por el engaño, por la injusticia, por la búsqueda de dinero y poder político. “Cambio de guardia” (publicada con diez años de atraso debido a la censura) a pesar de permanecer un tanto a la sombra de los libros de cuentos del autor, muchos de ellos obras maestras del género; funciona como un corte de caja, una especie de microcosmos donde Ribyero resume los motivos de su literatura: la corrupción de la ciudad, las miserias del hombre, la condición del exiliado, el destino de un país que desbarranca vidas y esperanzas. En “Cambio de guardia” el autor fragmenta la realidad para retratarla desnuda y compleja, la entrelazar con pequeñas historias hasta lograr, con el avance de las páginas, un panorama uniformado por la desolación y que es patrimonio común de la historia reciente latinoamericana. A pesar de que Ribeyro, años después pensó que las historias de “Cambio de guardia” eran anacrónicas, los hechos se encargaron de dar una pertinaz sabiduría a la nota inicial de la novela: “en nuestra época los acontecimientos se suceden con tanta celeridad que la actualidad se convierte rápidamente en historia…(y que) las sociedades tienden a veces a efectuar movimientos pendulares o circulares y en estas condiciones lo pasado puede ser lo futuro, lo presente olvidado y lo posible lo real”

Alejandro Badillo

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Thursday, September 25, 2008

FAULKNER



"El Villorrio"
William Faulkner
Alianza editorial
1era edición, 1999.
Traducción de J. Napoletano Torre y P. Carbó Amiguet

William Faulkner, escritor norteamericano (1897-1962) dejó una visible huella en las letras latinoamericanas del siglo pasado. Autores como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y, sobre todo, Juan Carlos Onetti, le deben gran parte de su técnica y recursos narrativos. Autor de una obra vasta, difícil de clasificar, Faulkner fue considerado durante mucho tiempo un escritor sensacionalista y oscuro. Novelas como "Santuario" publicada 1931, en la que se relata con lujo de detalles una violación contribuyeron a la fama de Faulkner de autor difícil. Incluso Harrison Smith, editor de "Santuario", le escribió después de leer la novela: «Dios mío, yo no puedo publicar esto. Ambos terminaríamos en la cárcel". Después de "Santuario" seguirían novelas fundamentales como "Luz de Agosto" y "Absalón, Absalón", muestras claras de que Faulkner, además de escribir historias complejas, donde abundan saltos en el tiempo, narraciones paralelas, cambios de narrador; era un autor con una personalísima forma de narrar, donde los adjetivos se acumulan una tras otro y las frases se entrelazan en un discurso extravagante y rebuscado. "The hamlet", traducida como "El villorrio" y publicada en 1940 es una novela representativa de Faulkner. La novela está centrada en la familia de los "Snope", inmigrantes del norte de Estados Unidos que llegan a buscar fortuna a un sur devastado por la guerra civil y sumido en la pobreza. Pero como sucede en la poética de Faulkner lo que uniforma la novela no es un tema, ni una historia convencional donde el lector siga las peripecias de un personaje; lo que da forma a "El villorrio" es la tensión, el fracaso de los personajes que navegan entre el simbolismo, el pecado, la culpa y que en la pluma de Faulkner su larga caída adquiere dimensiones épicas. Como en "Las palmeras salvajes" donde hay dos historias paralelas, cuya explicación -confesaría después Faulkner- no es en un sentido narrativo, sino de un "contrapunto estético", en "El villorrio" tenemos un montón de historias que se van entrelazando, que gravitan alrededor de la familia Snope pero que no tienen un centro definido. Es con la mirada de otros personajes (Ratliff, el vendedor ambulante; Will Varner, miembro de una familia de granjeros venida a menos) como construye Faulkner su novela. El relato deviene en una polifonía de voces y acontecimientos: el idilio de un joven trastornado con una vaca, la búsqueda fracasada de un tesoro. A Faulkner no le interesa contar una historia clara, donde un evento sea -necesariamente- consecuencia de otro. Faulkner quiere transmitir con la palabra imágenes, impresiones sensoriales, una idea de narrativa que influyó a generaciones de escritores.

Alejandro Badillo

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Ritual


En el silencio se adivinaba el fresco nocturno. El fresco daba vigor al anciano: menos turbia su alma, más nítida su silueta. El anciano encorvó la espalda; sus dedos, animales umbríos, desmenuzaban el pan. Pronto hubo manchas, migajas como anzuelos, dispersas en las sillas, entre los platos, sobre la mesa. El anciano fue a la alacena, sacó un bote plateado. Lo abrió con dificultad. Echó dos cucharadas de café en la taza. El agua, turbia de pronto, comenzó a arremolinarse. En poco tiempo estuvo serena y humeando. Sobre la mesa algunas moronas alineadas, como en un juego de damas chinas. La niña las miraba con atención: en su mente eran animales de vida lenta. El anciano sonrió. Sorbió con deleite su café. Cuando sonreía una enfermedad apacible le moldeaba la cara. Ya no había rastros de la tarde. La orilla de la noche entraba a la casa, comenzaba a ahogar floreros, una olvidada figura de cerámica. El sonido de los camiones en la carretera rompía, a intervalos, el silencio; lo hacía más pesado, profundo. Pronto ya no habría más ruido en la carretera. Sólo el viento, el tenaz aullido de los perros. El anciano sopló el humo que brotaba de su taza, lo miró elevarse, inestable, como a una cargada nube de lluvia. La niña miró el humo y le dijo:
-¿Va a llover?
(Inédito)

Sunday, September 14, 2008

Cuerpo Presente







Cuerpo presente

Sergio Pitol

Editorial Era

1era edición, 1990


Sergio Pitol (1933) además de escribir novela y ensayo, ha cultivado a lo largo de su labor como creador, el cuento. "Cuerpo presente" es una suerte de recopilación de los libros: "Infierno de todos" (Ed. Universidad Veracruzana, 1964), "Los climas" (Ed. Joaquín Mortiz, 1966), "No hay tal lugar" (Ed. Era, 1967), "Del encuentro nupcial" (Ed. Tusquets, 1970). Así, el libro es un recorrido por los inicios del autor y donde se adivinan elementos que ayudan a comprender su obra narrativa: la remembranza de Veracruz, una infancia marcada por la enfermedad, la vida errante que llevó Pitol como agregado cultural

en ciudades como Pekín y Varsovia. La primera parte del libro incluye cuentos como "Victorio Ferri cuenta un cuento" o "La casa del abuelo", textos que tratan de reconstruir una historia familiar, una historia plagada de desencuentros, de odios que separan y que sobreviven al tiempo. En estos cuentos se nota un tono melancólico, un tanto ingenuo, del joven que abandona su lugar de origen para ir al extranjero y que rememora historias, familias de estirpes corrompidas. Al avanzar en la lectura de los cuentos, sobre todo a partir de "Hacia Varsovia" vemos a Pitol más cercano a su segunda etapa narrativa, donde sus personajes deambulan, alucinados, en el extranjero, se involucran en conjuras, ceremonias secretas. Es en este segundo tramo donde aparece el Pitol más maduro, el que busca la atmósfera en la extrañeza de los escenarios, el que introduce monólogos o cortes de tiempo. El elemento fantástico aparece de forma sutil, una especie de locura que invade a los personajes y que les hace dudar de la realidad. En el cuento "La pareja", asistimos, de forma fragmentaria, a un asesinato. Los detalles se revelan a cuentagotas, como los restos de un sueño, dispersos, que tienen como ancla una fotografía ("la pareja") del pintor francés André Masson. Tal vez el hilo que une los cuentos es la perpetua conjetura en que se sumergen los personajes. La escritura de Pitol es la que goza extendiéndose, bifurcándose, arrancando a la realidad distintos significados, todos ellos intercambiables, movibles. Por eso la sensación de que utiliza demasiadas palabras, porque los personajes de Pitol desconocen su realidad, y sólo pueden justificarse con conjeturas, es decir, con el lenguaje.


Alejandro Badillo

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Postal de viernes en la noche


Alejandro Badillo desvariando en el Bar la Amistad. Una de sus nuevas guaridas...

Monday, September 01, 2008

Tan lejos, tan cerca

Tan lejos, tan cerca
Alejandro Meneses
1era edición, 2005.
Ediciones de educación y cultura
Colección Íntimos

Libro editado póstumamente, "Tan lejos, tan cerca" es un buen ejemplo para adentrarse en la obra narrativa de Alejandro Meneses (Altazayanca Tlaxcala 1960, Puebla 2005). Escritor nocturno, devorador de libros, coordinador de talleres literarios y promotor de escritores jóvenes, entre otras cosas; Meneses escribió una breve pero poderosa obra narrativa basada en el cuento y sus posibilidades. Desde el primer libro (Días extraños, 1987), el lector percibe una intención por buscar la profundidad del relato en la atmósfera y en la riqueza del lenguaje. "Ángela y los ciegos" (2000) publicado trece años después confirmaría la exigencia del autor con su obra y la búsqueda de un tono que fue depurándose con los años, fundando -al mismo tiempo- un territorio mítico donde calles, bares, parques, iglesias, de Puebla se transformaron en lugares donde el tiempo se detenía y los objetos y los colores mostraban un matiz más denso y agrio. "Tan lejos, tan cerca" (un libro que la editorial le había propuesto al autor para que fuera escrito en un viaje a España), se volvió, con el tiempo, en un motivo de homenaje pero también un buen pretexto para celebrarlo con el acto íntimo, solitario, de la lectura. El libro inicia con un homenaje al Quijote. "Cosas veredes" es la historia de un matón mexicano que recibe el encargo de viajar a España para eliminar a un prófugo traficante de drogas. En este cuento se advierte la apuesta literaria de Meneses, una apuesta que iba encauzada a la precisión, a descripciones breves, que buscan dar mayor profundidad al cuento. El matón, Quijano, busca entre las calles de Madrid a su víctima, sufre una enfermedad en los riñones que lo va minando lentamente. En medio del dolor y de la búsqueda, Quijano recuerda, como todo personaje Menesiano, los páramos desolados de su infancia; en Altazayanca, Tlaxcala. En "La bella vida" un solitario maestro se desvela pensando en una alumna, una "lolita" a la que intenta hablarle por teléfono y a la que nunca encuentra. Otros dos cuentos, más bien instantáneas o viñetas son: "Mientras llueve" y "Luna árabe"; la primera es una reconstrucción de la muerte del autor estadounidense Scott Fitzgerald, una larga y cercana relación que mantuvo Meneses y que se extendió con otros escritores como Augusto Roa Bastos, Juan Carlos Onetti, William Faulkner. "Luna árabe", es un bosquejo, un resumen donde se vislumbran los tópicos de Meneses: la soledad, la extrañeza ante el mundo, las tardes interminables, la pérdida de la infancia. "Tan lejos, tan cerca", una obra póstuma y ejemplar para las letras mexicanas.

Alejandro Badillo