Thursday, August 31, 2006

Sesiones de Yoga impartidas por Su Divina Gracia Luis Alberto Sánchez


Sesiones de Hatha-Yoga impartidas por Luis Alberto Sánchez. ¿Por qué practicar Yoga? preguntará el curioso lector. He aquí la razón que esgrime Swami Sivananda, famoso gurú:
"Es mucha la gente que comienza a interesarse por el yoga como una manera de mantener el cuerpo flexible y en forma.
Otros se acercan a esta disciplina en busca de ayuda o alivio para una dolencia específica, como la tensión o el dolor de espalda.
Hay quienes vienen impulsados simplemente por la sensación de que no están obteniendo tanto de la vida como ésta podría darles.
Sea cual fuere la razón que nos mueve, el yoga puede ser para nosotros un instrumento, una herramienta que nos dé no solamente aquello en cuya busca acudimos, sino más.
Para entender todo eso del yoga, es necesario experimentarlo personalmente. A primera vista, parece que no fuera mucho más que una serie de posturas físicas extrañas, que mantienen el cuerpo esbelto y flexible. Pero con el tiempo, cualquiera que siga practicándolo con constancia se dará cuenta de que se ha operado un cambio sutil en su manera de encarar la vida, pues mediante la persistencia en la tonificación y la relajación del cuerpo, y en el aquietamiento de la mente, comenzará a tener atisbos de un estado de paz interior que es su verdadera naturaleza.
Es esto lo que constituye la esencia del yoga: esta realización y comprensión de nosotros mismos que todos buscamos, consciente o inconscientemente, y hacia la cual vamos todos evolucionando gradualmente.
Si podemos llegar a controlar la mente y los pensamientos, literalmente no habrá límites para lo que seamos capaces de hacer, puesto que no son más que nuestras propias ilusiones y preconceptos los que nos inmovilizan y nos impiden una total realización de nosotros mismos"
En la imagen tenemos a Patanjali, muy poco se sabe sobre este gran sabio de la antigüedad. Varias referencias lo sitúan entre el 200 aC y el 400 dC. Hay incluso quien dice que no es más que un mito. Lo poco que sabemos de él es que es el autor de los Yoga-Sutra, un conjunto de aforismos que plantan las bases filosóficas y prácticas del Yoga aunque, según el texto sagrado Yajnavalkya Smriti, Patanjali no sería más que el compilador y transmisor de las enseñanzas del Yoga transmitidas originalmente por Hiranyagarbha.
Algunos textos antiguos se refieren a él como al último avatar, en concreto un avatar del dios Ananta y por ello suele ser representado medio humano medio serpiente.

Tuesday, August 29, 2006

Cuando Miguel Ángel Asturias desapareció

Aimé Césaire dedica este poema a otro escritor injustamente olvidado: "Miguel Ángel Asturias". Por las referencias biográficas de los dos escritores es muy probable que hayan coincidido en París, en el círculo surrealista de André Breton. Seguramente Aimé encontró estimulante el visión indígena de Asturias, nutrida por sus estudios en Europa, que le llevaron a fundir la vanguardia en el lenguaje con el rescate de la antigua tradición maya, la denuncia de la situación política en centroamérica unida a la explotación de los grandes capitales. Dos escritores profundamente involucrados con la imagen y con el sonido.

Cuando Miguel Ángel Asturias desapareció

hábil tallador de pedernal
sembrador al voleo de semillas de oro en la densa
crin de la noche hipocampo
cultivador demente de diamantes
mellador de hachas como ningún árbol de la selva
Miguel Ángel se sentaba en el suelo
y ponía un amuleto en el huesecillo de sus palabras
cuatro palabras de sol blanco
cuatro palabras de ceiba roja
cuatro palabras de coralillo

Miguel Ángel se tomaba un buen trago
de aguardiente de estrellas maceradas por nueve noches
que hervía en la garganta no extinta de los volcanes
y su tráquea de obsidiana

Miguel Ángel contemplaba en el fondo de sus ojos
las semillas que alcanzaban gravemente su perfil de árboles

Miguel Ángel acariciaba con su pluma
la gran bóveda de los vientos y el remolino polar

Miguel Ángel iluminaba con pinos verdes
la cabeza azul de los papagayos en la noche

Miguel Ángel bañaba con sangre de estrellas lácteas
de venas esmaltadas y frondas de luz
la huella gris
de la hora del día de los días del tiempo de los tiempos

y luego
Miguel Ángel desataba sus músicas severas
una música de arco
una música de olas y jícaras
una música de ríos que gimen
puntuada por cañonazos y frutos del curupay
y los buriles de cuarzo tamborileaban
las agujas de jade despertaban a los cuchillos de pedernal
y los árboles resinosos
Miguel Ángel hechicero de los versos relucientes

el samán se tambaleaba con sus locos brazos enredados
con todos sus dijes de máquinas extraviadas
con la risilla del mar en calma
en el cuello cosquilludo de las caletas
y la amistad minuciosa del Gran Viento

cuando las flechas de la muerte alcanzaron a Miguel Ángel
no lo encontraron yaciente
sino erguido en su gran estatura
al fondo del lago que se iluminó

Miguel Ángel hundió su piel de hombre
y se puso su piel de delfín

Miguel Ángel se quitó la piel de delfín
y se volvió arcoiris

Miguel Ángel se desvistió la piel de agua azul
vistió su piel de volcán

y se instaló montaña siempre verde
en el horizonte de todos los hombres -

De Poesía completa© Editions du Seuil— Traducción de Una Pérez Ruiz

Sobre Aimé Cesaire


Aimé Césaire es uno de los grandes poetas de la lengua francesa. Nacido en la Martinica y educado en París, amigo de André Bretón, Césaire, junto al senagalés Léopold Sédar Senghor y el guyanés Léon Damas, es el creador del concepto de la negritud y una voz inconforme con el triste papel que le ha sido asignado al Caribe.
La célebre anécdota que marcó el comienzo de Aimé Césaire como personaje público fue la siguiente. André Breton llegó a la Martinica en abril de 1941, huyendo de la Francia ocupada por los alemanes (vía Marsella, como muchos otros) con destino a Nueva York, donde permaneció refugiado hasta el final de la guerra. Su barco, El Capitán Paul Lemerle, acogió a otros prestigiosos refugiados: Victor Serge, Wilfredo Lam, Claude Levi-Strauss. Un día, con el fin de encontrar un moño para su hija Aube, Breton entró en una tienda en la que encontró junto a la caja una revista literaria: Tropiques. De esta manera descubrió las reflexiones de los intelectuales antillanos y, sobre todo, los textos poéticos del director de la publicación: Aimé Césaire. No dudó en calificar su obra literaria como "el mayor monumento lírico de la época". Para ambos hombres el encuentro resultó trascendental, pero además fue el primer reconocimiento a una obra hasta entonces confidencial. Breton escribió su famoso texto "Un gran poeta negro", que luego retomó en su libro Martinique charmeuse de serpent. En él hace un elogio al poeta y a su poema largo Cahier d'un retour au pays natal. Tal como escribió Breton acerca del profesor antillano: "la palabra de Aimé Césaire, hermosa como el oxígeno naciente". Ese poema largo, agitado, torturado, violento y gracioso, cínico y agresivo, tierno y amenazador, se publicó en Francia en 1939 pero sin lograr mayor resonancia; por una parte, la revista que lo publicó, Volontés, tenía una circulación restringida y, por otra, el inicio de la Segunda Guerra Mundial naturalmente acaparó la atención de las personas. Sin embargo, ese texto fundamental es la manifestación poética de las angustias y de las reflexiones del joven intelectual martiniqués, quien muestra con orgullo al lector su revuelta y una nueva forma de ser al mundo: la negritud.

Wednesday, August 23, 2006

Entrevista a Juan Carlos Onetti



*Sus novelas son siempre impecables, laboriosas crónicas del fracaso. ¿Quiere aventurar una explicación?

En mí, creo que se trata de un pesimismo natural; natural y radical. En el fondo, creo que soy una de las pocas personas que cree en la mortalidad. Eso influye mucho. Sé que todo va a acabar en fracaso. Yo mismo. Vos también. De todos los escritores del boom se ha dicho que son pesimistas, que en ellos los personajes siempre se frustran. Quizá. Pero en García Márquez o en Vargas Llosa, yo noto una gran alegría de vivir. Sinceramente, no creo que vean la muerte como un problema. Y no se trata de que ahora yo tenga 64 años y que pueda morirme esta noche. No. Es algo que he sentido desde la adolescencia. Así como se descubre que yo soy yo, así se descubre la muerte, se marcan sus linderos. Uno de los descubrimientos más terribles, el más terrible, que tuve de muchacho, fue que todas las personas que yo quería se iban a morir algún día. Eso me pareció absurdo, y de esa impresión no me he repuesto todavía. No me repondré nunca.

*¿Y el suicidio, Onetti?

En todas mis novelas está subyacente la idea del suicidio. Una vez me preguntaron esto que vos me acabas de preguntar, por qué había abandonado la idea del suicidio. Yo le dije que hiciera él primero la prueba, y después me contara. Quiero saber antes si es mejor que todo esto.

*¿Nunca se perdió en Santa María? ¿Nunca hizo planos ni genealogías?

Una vez hice un plano de Santa María con un amigo, pero era sólo para mover mejor a los personajes. Lo perdí cuando me vine de Buenos Aires. A mí se me ocurre escribir una novela, y ya tiene su lugar en Santa María. Pero nunca me propuse desarrollar un plano. O sea: nunca quise escribir una saga. Ese es ya un propósito, y yo no podría escribir con propósitos.

*¿Y por qué escribe?

Porque sí, porque me gusta contar.

*¿Cuándo se origina esa vocación ?

No sé. Quizá en la infancia o en la adolescencia, seguramente como reacción al mundo de los mayores. Por ejemplo, aquí escucho hablar varias horas diarias sobre fútbol. Entonces escribiendo me desquito de esa realidad. Más que sufrirla yo, la realidad la sufren los personajes.

*La sufren por usted.

Quizá.

Tuesday, August 22, 2006

Foto de maquinita tomada en Chedraui


Alejandro Badillo mira al infinito mientras su leperuza sonríe a la cámara. Un clásico.

Próximamente las fotos del papá de Judith Castañeda cuando fue a bailar a Chalma. Una delicia.

Friday, August 18, 2006

FELICIDADES


Café Bagdad felicita a Judith Castañeda quien cumplió años el pasado miércoles y al borrachín consumado de Luis Alberto Sánchez. El señor Sánchez (emulando el epíteto de Pedrito Ferriz de Con) cumple este día 27 primaveras. La juerga será hoy en rumbos desconocidos aún. ¡Salud a ambos!

Wednesday, August 16, 2006

El libro de la semana


"El derrumbe" de Dino Buzatti. Colección de cuentos del autor del "Desierto de los tártaros" novela elogiada por Borges, entre otros. Me enteré de Buzatti en las páginas de la revista "El cuento" fundada por Valadés y compañía. Ahí, José Emilio Pacheco, recomendaba los cuentos del Italiano: "Varios de sus cuentos deben estar entre los mejores del siglo" apuntaba. "El derrumbe" es una muestra clara del estilo de Buzatti. Explorando la alegoría, la fábula, el sin sentido, la farsa, teje en estos cuentos cortos, un planteamiento de amenaza: una pareja que llega a un pueblo donde, de inicio, no encuentran hotel y después son sometidos y ultrajados por los habitantes, un regalo misterioso que alborota a los habitantes de un edificio, un fantasma en el limbo que no encuentra acomodo entre los vivos. Después de la amenaza, viene un periodo de desconcierto, en el que los protagonistas van sondeando parte del mundo absurdo que se revela contra ellos y que sólo deja pequeñas pistas de un final sorpresivo, tajante. En lo particular encuentro mucho de Kafka en Buzatti, también (aunque quizá sea por el humor italiano) de Alberto Moravia, contemporáneo suyo, que también cultivó el relato corto. Concuerdo con un comentario en la red sobre Buzatti: "infinitamente más hábil en el planteo de los cuentos que en su solución" A pesar de ello el Italiano es referencia ineludible para el cuento, en sus páginas parece permear el absurdo pero en realidad, tras ellas, hay preocupaciones del autor: la religión y su doble moral, la falta de comunicación; algunas liagadas a su tiempo como la guerra nuclear. Interesante, sin lugar a dudas, la lectura de Buzatti.
Alejandro Badillo

Guiness


Barriles de cerveza Guiness en Dublín. 1964.

Wednesday, August 09, 2006

ELLA SIGUE DORMIDA

En la noche de su cumpleaños –cuando la sed envuelve mi lengua y un cuervo torpe aletea en la ventana– la imagino dormida. Imagino sus ojos cerrados con la misma torpeza del ave y con el deseo de verla dormida llega una noción de pérdida, apenas perceptible en la vaguedad de la habitación, que da forma a una Frida imaginaria en la cama, dormida en una noche que pudo haber sido hoy o hace muchos años. Puedo verla acostada, con la colcha a cuadros entre las piernas, las sábanas enmarcando la cintura. Muevo las manos en el instinto de abarcar el vacío de la cama, al no poder, busco a tientas el siseo del café en la estufa. Pienso nuevamente en la sed, en el taconeo de Frida que deja una estela variando en el silencio. En la calle alguien tararea una canción. El cuervo interpreta la voz como una amenaza, deja de aletear, me mira aturdido desde el quicio de la ventana. “El mundo está a punto de ocurrir” dice Frida en mi mente y así recuerdo el verano en que repitió la frase por teléfono, a escondidas de él, gustosa de poder decirla despacio, en clave, dándole el peso del silencio después del sexo, del amor que inventamos y que es tan frágil como un comentario inútil, la burbuja de humo que exhala su boca para buscar algún resquicio en el techo. El café burbujea sobre la estufa. Frida es una niña sentada en un columpio, con una flor blanca entre los cabellos, un rastro de envidia en la mirada. Resisto la tentación que imponen los falsos recuerdos porque comprendo su origen: diferentes historias que me cuenta y que el tiempo revela como una serie de mentiras demasiado elaboradas; historias que condenso en largas esperas, calentando café a oscuras, sintiendo sus pasos en la escalera. Mientras llega, imagino mi índice entre sus pechos, la curva de escalofrío dibujada en su vientre cuando el invierno se detiene en la ventana. Y cuando el vientre se endurece y el ombligo es la ruta a ciegas al sexo, Frida vuelve en las líneas de sus cartas, en una tranquilidad muy particular, similar a la anticipación del deshielo, al movimiento de la lluvia en los muros de las casas. El viento llega puntual. El cuervo dirige su vuelo a los árboles. Frida llama a la puerta. Recorro a tientas la habitación. Antes de abrir, adivino las puntas oscurecidas de los tacones, oscilando impacientes en el tapete.

Alejandro Badillo

Thursday, August 03, 2006

Libros en el d.f. y Primo Levi


Libros que compré en mi reciente visita al d.f.

*La roca de tainos Amin Maalouf
*Sóbol de Jesús Gardea
*Amirbar de Álvaro Mutis. Muy buena novela que, supongo, es la última de la saga de Maqroll el Gaviero. Interesado en el tema busqué en Google y fui a dar a su página oficial: El talibán de Mutis (no puedo llamarlo de otra forma) aconseja, entre otras linduras, los siguientes reglamentos etílicos.
1.-Jamás beber solo.
2-Jamás beber con desconocidos.
3-Jamás beber hasta la ebriedad.
4-Jamás beber cuando se tiene un problema grave, sentimental o de otra clase.
5-Jamás beber una bebida que no te sea familiar.
6-Jamás beber antes de las 13.30.
Sin comentarios...
Libro de la semana: "Si esto es un hombre" de Primo Levi. Libro de memorias sobre el holocausto y su reclusión en una sección del famoso campo de Auschwitz. Estremecedor relato. Levi, de nacionalidad italiana, no era practicante judío. Pasó diez meses en el campo de concentración y fue de los 20 italo-judíos que sobrevivieron de los 650 que habían llegado. La versión oficial indica que se suicidó arrojándose por las escaleras del edificio donde vivía, aunque también he leído tesis que indican la probabilidad de un accidente, versión respaldada por algunos familiares y amigos. Como sea, este libro es uno de los más importantes del siglo y una referencia obligada sobre el holocausto y, como dice Levi en el prólogo, un intento de estudiar el alma humana. Seguiré informando...